[...] La naturaleza indicial de la fotografía -el vínculo causativo entre el referente prefotográfico y el signo- es por tanto enormemente compleja, irreversible, y no puede garantizar nada en el ámbito del significado. Lo que establece el vínculo es un proceso técnico, cultural e histórico discriminatorio enPara leer con más detenimiento el capítulo al que me referí en clase, presionen AQUÍ
el que unos determinados mecanismos ópticos y químicos son puestos en acción para organizar la experiencia y el deseo y producir una nueva realidad: la imagen en papel que, a través de otros nuevos procesos adicionales. puede llegar a tener significado de muchas maneras posibles. El procedimiento es bastante conocido. La luz reflejada es recogida por una lente estática y monocular de una estructura determinada, colocada a una distancia concreta de los objetos en su campo de visión.
La imagen proyectada de estos objetos es enfocada, recortada y distorsionada por la placa plana y rectangular de la cámara que debe su estructura no al modelo del ojo, sino a una concepción
teórica concreta de los problemas de representación del espacio en dos dimensiones. Sobre este plano, el juego multicolor de la luz es fijado luego en forma de decoloración granular, química, sobre un soporte translúcido que, mediante un método equiparable, puede llegar a producir una impresión
positiva en papel.
ve gonzález
escritos del joaquín
domingo, 3 de mayo de 2015
La fotografía como fuente
En la Introducción a El peso de la representación, John Tagg afirma:
jueves, 16 de abril de 2015
Un texto de Edward Said
A continuación
se transcribe un fragmento de la Introducción del libro Orientalismo (1997) de Edward Said (Madrid: Debate, 2002, pp.
19-27). En él, el autor analiza el concepto de orientalismo como un discurso
que se inscribe en determinadas instituciones, con los que se pretende dominar
Oriente. Asimismo, Said demuestra mediante esta configuración de una identidad
compacta de Oriente como una forma inferior se logra fortalecer la identidad
europea:
***
He comenzado
asumiendo que Oriente no es una realidad inerte de la naturaleza. No está
simplemente allí, lo mismo que el
propio Occidente tampoco está precisamente allí.
[…] En la misma medida en que lo es el propio Occidente, Oriente es una idea
que tiene una historia, una tradición de pensamiento, unas imágenes y un vocabulario
que le han dado una realidad y una presencia en y para Occidente. Las dos
entidades geográficas, pues, se apoyan, y hasta cierto punto se reflejan la una
en la otra.
Después de
haber dicho esto, parece razonable exponer algunas puntualizaciones. En primer
lugar, sería un error concluir que Oriente fue esencialmente una idea o una creación sin su realidad
correspondiente. […] Había –y hay- culturas y naciones, localizadas en Oriente,
cuyas vidas, historias y costumbres poseen una realidad obviamente más rica que
cualquier cosa que se pueda decir de ellas en Occidente. Sobre este punto, este
estudio de orientalismo no tiene nada que añadir, simplemente desea contribuir
con su reconocimiento tácito. Pero el fenómeno del orientalismo, tal y como yo
lo estudio aquí, trata principalmente, no de la correspondencia entre el
orientalismo y Oriente, sino de la coherencia interna del orientalismo y sus
ideas sobre Oriente […] a pesar de o más allá de cualquier correspondencia o no
con un Oriente “real”. […]
La segunda
puntualización se refiere a que las ideas, las culturas y las historias no se
pueden entender ni estudiar seriamente sin estudiar al mismo tiempo su fuerza
o, para ser más precisos, sus configuraciones de poder. Creer que Oriente fue
creado –o, como yo digo, “orientalizado”- y creer que tales cosas suceden
simplemente como una necesidad de la imaginación, es faltar a la verdad. La
relación entre Occidente y Oriente es una relación de poder, y de complicada
dominación: Occidente ha ejercido diferentes grados de hegemonía sobre Oriente,
como señala bastante bien el título del clásico de K.M. Panikkar, Asia and Western Dominance. Oriente fue
orientalizado, no sólo porque se descubrió que era “oriental’’, según los
estereotipos de un europeo medio del siglo XIX, sino también porque se podía
conseguir que lo fuera –es decir, se le podía obligar a serlo-. Tomemos, por
ejemplo, el encuentro de Flaubert con una cortesana egipcia, encuentro que
debió de crear un modelo muy influyente sobre la mujer oriental […] Él era extranjero, relativamente rico y
hombre, y ésos eran unos factores históricos de dominación que le permitían, no
sólo poseer a Kuchuk Hanem físicamente, sino hablar por ella y decir a sus
lectores en qué sentido ella era típicamente oriental. Mi tesis es que la
situación de fuerza de Flaubert en relación a Kuchuk Hanem no era un ejemplo
aislado, y puede servir bastante bien como modelo de la relación de fuerzas
entre Oriente y Occidente y del discurso acerca de Oriente que este modelo
permite.
Esto nos lleva
a una tercera puntualización. No hay que creer que el orientalismo es una
estructura de mentiras o de mitos que se desvanecería si dijéramos la verdad
sobre ella. Yo mismo creo que el orientalismo es mucho más valioso como signo
del poder europeo-atlántico sobre Oriente que como discurso verídico sobre
Oriente (que es lo que en su forma académica o erudita pretende ser). Sin
embargo, lo que tenemos que respetar e intentar comprender es la solidez del
entramado del discurso orientalista, sus estrechos lazos con las instituciones
socioeconómicas y políticas existentes y su extraordinaria durabilidad. Después
de todo, un sistema de ideas capaz de mantenerse intacto, y que se ha enseñado
como una ciencia (en academias, libros, congresos, universidades y organismos
de asuntos exteriores) desde el periodo de Ernest Renan hacia finales de 1848
hasta el presente en Estados Unidos, debe ser algo más grandioso que una mera
colección de mentiras. […]
[Antonio]
Gramsci ha efectuado una útil distinción analítica entre sociedad civil y
sociedad política según la cual la primera está formada por afiliaciones
voluntarias (o, al menos, racionales y no coercitivas), como son las escuelas,
las familias y los sindicatos, y la segunda, por instituciones estatales (el
ejército, la policía y la burocracia central) cuya función dentro del Estado es
la dominación directa. La cultura, por supuesto, funciona en el marco de la
sociedad civil, donde la influencia de las ideas, las instituciones y las
personas se ejerce, no a través de la dominación, sino a través de lo que
Gramsci llama consenso. Así, en cualquier sociedad no totalitaria ciertas
formas culturales predominan sobre otras y determinadas ideas son más
influyentes que otras; la forma que adopta esta supremacía cultural es lo que
Gramsci llama hegemonía, un concepto
indispensable para comprender, de un modo u otro, la vida cultural en el
Occidente industrial. Es la hegemonía –o, mejor, los efectos de la hegemonía
cultural- lo que da al orientalismo la durabilidad y la fuerza de la que he
estado hablando hasta ahora. […]
El científico, el erudito, el misionero, el
comerciante o el soldado estaban o pensaban en Oriente porque podían estar allí
o pensar en él sin que Oriente les ofreciera apenas resistencia. Bajo el lema
general de conocer Oriente y dentro de los límites que el paraguas de la
hegemonía occidental imponía, a partir de finales del siglo XVIII emergió un
Oriente complejo, adaptado a los estudios académicos, a las exposiciones en los
museos, a las reconstrucciones en la oficina colonial, a la ilustración teórica
de tesis antropológicas, biológicas, lingüísticas, raciales e históricas sobre
el género humano y el universo, y a ejemplificar teorías económicas y
sociológicas de desarrollo, de revolución, de personalidad cultural y de
carácter nacional o religioso. […]
Bibliografía
DENYS, Hay. (1968), Europe: The Emergence of an Idea, Edinburgo,
Edinburgh University Press.
PANIKKAR, K.M. (1959), Asia and
Western Dominance, Londres, George Allen & Unwin.
STEVEN, Marcus. (1967), The Other
Victorians: A Study of Sexuality and Pornography in Mid-Nineteenth Century
England, Nueva York, Bantam Books.
(Fuente: Alonso Castro et al.
(2010), Estrategias de lectura y
escritura académicas. Buenos Aires: Biblos.)
***
AHORA, Contestá las preguntas del siguiente formulario referidas al texto que acabás de leer.
sábado, 4 de abril de 2015
tildar o no tildar, he aquí la cuestión
I ¡REPASEMOS!
ACENTUACIÓN EN ESPAÑOL
I. Reglas generales
En español existen los siguientes
tipos de palabras según su acentuación:
1.
Agudas: el énfasis recae
sobre la última sílaba.
a.
Se acentúan todas
palabras agudas que terminan en vocal, o en -n o -s solas
b.
Las palabras agudas que no terminan en vocal, o en n o s solas, nunca se acentúan.
can-tó / per-dón
/ es-tás / ciu-dad / pas-tor / a-bril / va-lor
2.
Llanas: el énfasis recae
sobre la penúltima sílaba.
a.
Sólo
requieren tilde si acaban en consonante que
no sea -n ni -s.
Cár-cel / ca-rác-ter / ár-bol / ca-sa / es-ta-bas / li-bro / di-fí-cil
3. Esdrújulas:
el énfasis recae sobre la antepenúltima sílaba. Siempre requieren tilde.
Lám-pa-ra / so-ció-lo-go / sín-te-sis / sí-la-ba
/ én-fa-sis / cán-ta-ro / prés-ta-mo
4. Sobresdrújulas: el énfasis recae sobre
la anteantepenúltima sílaba. Siempre requieren tilde.
Re-cuér-de-me-lo / i-ma-gí-na-te-lo / a-nún-cie-me-lo / fá-cil-men-te
IMPORTANTE: Cuando corresponde, también las
MAYÚSCULAS llevan tilde,
II. Casos especiales
DIVISIÓN SILÁBICA, DIPTONGOS Y TRIPTONGOS|
Una sílaba es la emisión de un sonido en un solo golpe de la voz. El centro de cada sílaba lo constituye una vocal, a saber, a, e, i, o, u.
li-bro / mu-cha-cho / te-a-tro
En una sílaba pueden existir también dos y hasta tres vocales. La unión de dos vocales en un solo golpe de voz se llama diptongo. La de tres vocales se llama triptongo.
En español, existen vocales fuertes o abiertas y vocales débiles o cerradas.
Las fuertes son: a, e, o,
Las débiles son: i, u.
Para formar diptongo será preciso que al menos una de las vocales sea débil y sin acento.
Para formar triptongo será preciso que dos vocales débiles rodeen a una fuerte.
¨ Pronombres
interrogativos y exclamativos
1.
Los pronombres interrogativos siempre llevan tilde, tanto en
oraciones interrogativas directas como indirectas:
¿Qué quieres? ¿Dónde vas? Me preguntó dónde iba.
No sé cómo llaman a mi compañero.
2.
Los pronombres exclamativos siempre llevan tilde:
¡Qué
alegría! ¡Cuánta gente hay aquí!
3.
Los pronombres relativos y las conjunciones subordinantes no
llevan tilde:
Dame el lápiz que te pedí. No veo porque
hay muy poca luz.
Te llamaré cuando llegue a mi casa.
Te llamaré cuando llegue a mi casa.
¨ Pronombres
y adjetivos demostrativos
1. Cuando los demostrativos son
adjetivos nunca llevan tilde.
Estas explicaciones son muy claras.
2. Cuando son pronombres, la
colocación de la tilde es potestativa.
Éste se llama Pedro.
3. Es obligada la tilde en los
pronombres demostrativos en los casos de ambigüedad.
Llamaron a aquel marxista. / Llamaron
a aquél marxista.
¨ Adverbios
terminados en -mente
Sólo llevan tilde cuando la
lleva el adjetivo a partir del cual se ha formado
fácilmente – rápidamente - cálidamente - ferozmente - terriblemente
¨ Palabras
compuestas
1. En el caso de palabras
compuestas normales, sólo cuenta para la colocación de la tilde el segundo
componente de la palabra ya que el primero se hace átono:
decimosexto – decimoséptimo - vigesimoprimero
2. En el caso de formas
verbales + pronombres enclíticos:
a) Si la forma verbal lleva
tilde, ésta se mantiene:
déme – deténte -
b) Si la palabra resultante es
esdrújula, hay que acentuarla:
dímelo (vs.
dime) - háganlo - recuérdemelo - escríbenos
3. Si los componentes de la
palabra están unidos por un guión, los dos mantienen la tilde en el caso de que
la requieran: teórico-práctico / hispano-francés
¨ Homonimia
1.
Monosílabos
Los monosílabos no se
acentúan, excepto cuando hay que distinguir entre dos formas homónimas, como en
los siguientes casos:
mi (adjetivo posesivo):
Mi casa es ésta |
mí (pronombre personal):
A mí me gusta el té |
tu (adjetivo posesivo):
Tu casa es grande. |
tú (pronombre personal)
Tú eres mexicana. |
el (artículo):
El lápiz está aquí. |
él (pronombre personal):
Él es argentino |
mas (conjunción adversativa):
Te llamé, mas no estabas. |
más (adverbio de cantidad):
Quiero más café. |
te (pronombre personal):
Te escribiré una carta. |
té (nombre común):
Quiero más té. |
de (preposición):
Ponlo debajo de la mesa. |
dé (verbo dar):
Dé la orden de enviar este paquete. |
si (conjunción condicional):
Si estudias, aprobarás. |
sí (pron. reflexivo/adv.
afirmativo):
Sí, señor |
se (pronombre reflexivo):
Se quedó dormida. |
sé (verbo saber/ser):
Sé inglés. |
2. Otros casos de homonimia
aun (=incluso):
No lo hizo, ni aun lo intentó. |
aún (=todavía):
Aún no ha llegado el tren. |
solo (adjetivo):
No me gusta estar solo. |
sólo (adverbio):
Sólo me lo dijeron a mí. |
jueves, 26 de febrero de 2015
Los trabajadores, la militancia sindical y las instituciones militares en tiempos de inestabilidad política, económica y social.
por Juan José López[1]
Los filósofos no han hecho más que
interpretar de diversas formas el mundo, pero de lo que se trata es de
transformarlo.
K. Marx
Los
registros fotográficos que plantearon los interrogantes que serán desarrollados
en el trabajo siguiente pertenecen a épocas y momentos diferentes de la historia
argentina pero en los cuales, sin embargo, encontramos puntos de coincidencia
(los llamaremos A1- A2 y B1- B2)[2].
Tanto
en B1 como en B2 nos encontramos en contexto de jóvenes realizando el servicio
militar obligatorio, lo cual, por aquel entonces, plateaba representaciones
diversas para las clases populares, desde movilidad social ascendente para
unos, como para otros, una práctica humillante que generaba un fuerte rechazo.
Pero, refiriéndonos al contenido específico de cada uno de ellos, o los interrogantes
que de estos devienen, es necesario que planteemos tanto la situación como el
contexto histórico.
Entre todas las personas allí presentes
podemos distinguir a dos, los cuales son mis tíos por línea paterna y que se
encontraron, allá por los primeros años de la década de 1960 realizando dicho
servicios, pero en puntos del país que terminaron situándolos en facciones
opuestas en torno al llamado "conflicto entre azules y colorados"[3].
Vale aquí hacer la salvedad de que los regimientos en que ellos se encontraban
nunca llegaron a enfrentarse, ni entre sí ni con ninguna otra facción opuesta,
pero el contexto y las cuestiones inherentes a la escases de medios de
comunicación que pudieran acercar de manera rápida y efectiva información a la
familia, devino en un estado de fuerte incertidumbre sobre lo que sucedía o
podía llegar suceder en estas condiciones, cabe recordar que a mediados del
siglo XX y en una comunidad rural del interior de la provincia de Buenos Aires
una radio en la casa era prácticamente un lujo que muy pocos se podían dar. Así
como la ausencia de medios que garanticen canales ágiles de comunicación.
En
el otro par de registros, el protagonista es también un hermano de mi padre
pero que a su vez no participa de ninguno de los anteriores. En uno podemos
encontrarlo con sus compañeros en la militancia sindical (A2) y, en el otro, en
los festejos por el triunfo de la fórmula que restaurará el régimen peronista
en la Argentina de los años de 1970[4](A1).
Los
interrogantes que se plantean en el trabajo que se desarrolla más abajo están
dedicados a pensar cuáles eran las perspectivas y cuáles las expectativas de
las clases bajas, en torno a las problemáticas que se expresaban, tanto en el
plano político como también en lo económico-social en una época de gran
inestabilidad institucional. De esta manera es que este trabajo pretende
analizar desde una perspectiva de clase, cómo el obrero argentino
- aquel que hasta el advenimiento de Perón al poder solo se había visto atravesado por procesos, en los cuales estaba completamente exento de participación - pasa a ser un actor fundamental de la política en la segunda mitad del siglo XX llegando más tarde -a partir de la intromisión de un nuevo golpe de estado allá por 1976 - a ser atravesados por un proceso que instalará en el inconsciente colectivo de los mismo, una fuerte negativa hacia la participación política activa. He aquí los fundamentos básicos de este trabajo, solo queda por desandar el derrotero histórico de aquellos que sentaron las bases de la lucha política contra los estados represores.
- aquel que hasta el advenimiento de Perón al poder solo se había visto atravesado por procesos, en los cuales estaba completamente exento de participación - pasa a ser un actor fundamental de la política en la segunda mitad del siglo XX llegando más tarde -a partir de la intromisión de un nuevo golpe de estado allá por 1976 - a ser atravesados por un proceso que instalará en el inconsciente colectivo de los mismo, una fuerte negativa hacia la participación política activa. He aquí los fundamentos básicos de este trabajo, solo queda por desandar el derrotero histórico de aquellos que sentaron las bases de la lucha política contra los estados represores.
(para continuar leyendo, presione AQUÍ)
[1]
Trabajo final del Taller de Expresión oral y escrita II, Departamento de
Historia, ISP “Joaquín V. González”, año 2014, Cátedra Elina Montes.
[2]
Ver anexo documental
[3]
Los azules y los colorados fueron las dos facciones que se enfrentaron en el
seno del Ejército Argentino luego del derrocamiento en 1955 del presidente Juan
Domingo Perón por la autodenominada Revolución Libertadora, respecto a la
participación del peronismo en la vida social y política de la sociedad
argentina. Estas denominaciones, reconocen su origen en la terminología
empleada históricamente en el estudio de la ciencia militar, para denominar a
los dos bandos hipotéticos que se enfrentan en una contienda determinada.
[4]
El 12 de octubre de 1973, después de un holgado triunfo en las elecciones,
comienza la tercera presidencia del Gral. Juan D. Perón con la esperanza de
unidad y pacificación en todos los sectores de la vida nacional.
Su objetivo es apaciguar
los ánimos y desalentar los extremismos mediante el Pacto Social basado más en
la alianza de clases que en la confrontación. Lo que encuentra el líder a fines
de ese año es diferente a lo esperado, todo está en discusión y ni su liderazgo
se acepta en silencio.
Ante tanto nivel de
intolerancia Perón condena la guerrilla en un discurso desde el balcón de la
Casa Rosada y Montoneros pasa a la clandestinidad.
La organización Alianza Anticomunista Argentina (AAA) empieza con atentados y
amenazas a políticos, artistas e intelectuales provocando el exilio de
numerosas personalidades. Hay asesinatos atribuidos a ambos bandos y también al
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que opera en el monte tucumano.
domingo, 11 de enero de 2015
Los caricaturistas de Charlie Hebdo, el Golpe de 1973 y el caso Pinochet
Tras el brutal atentado en contra de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que terminó con la vida de 10 miembros del medio y dos policías, el historiador Manuel Gárate pone en valor las caricaturas políticas sobre Pinochet que realizó la publicación, tanto después del Golpe en 1973 como tras su detención en Londres, en 1998. “Ellas representan el interés de estos periodistas y dibujantes por la defensa internacional de los derechos humanos y la suerte de un país tan lejano como Chile, pero cuyo drama reciente no los dejó indiferente”, escribe Gárate.
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miércoles, 29 de octubre de 2014
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